El primer día de clase,
el profesor trajo un frasco enorme.
-Esto está lleno de
perfume- dijo a Miguel Brum y a los demás alumnos.
Quiero medir la percepción
de cada uno de ustedes. A medida que vayan sintiendo el olor,
levantan la mano.
Y destapó el frasco. Al
ratito nomás, ya había dos manos levantadas.
-¿Me permite abrir la
ventana profesor?- suplicó una alumna, mareada de tanto olor a
perfume, y varias voces le hicieron eco. El fuerte aroma, que pasaba
en el aire, y se había hecho insoportable para todos.
Entonces el profesor
mostró el frasco a los alumnos uno por unos.
El frasco esta lleno de
agua.
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